Él conoce

La escritura de hoy: Salmo 139:1-5

Oh Señor, tú me has examinado y conocido (v. 1).

Lea estaba por empezar a trabajar de enfermera en Taiwán. Allí podría sustentar mejor a su familia que en Manila, donde las oportunidades de trabajo eran limitadas. La noche antes de partir, le dio instrucciones a su hermana que cuidaría a su hija de cinco años: «Tomará las vitaminas solo si le das una cucharada de mantequilla de maní. Y recuerda que es tímida. Con el tiempo, jugará con sus primos. Y le tiene miedo a la oscuridad…».

Al día siguiente, mientras miraba por la ventanilla del avión, Lea oró: Señor, nadie conoce a mi hija como tú. Yo no puedo estar con ella, pero tú sí.

Conocemos a las personas que amamos y notamos detalles sobre ellas porque son preciosas para nosotros. Cuando no podemos estar cerca por diversas circunstancias, solemos estar ansiosos porque, debido a que nadie las conoce tan bien como nosotros, serán más vulnerables a que las lastimen.

En el Salmo 139, David nos recuerda que Dios nos conoce mejor que nadie. Así también conoce íntimamente a nuestro seres amados (vv. 1-4). Él es el Creador (vv. 13-15), por eso entiende sus necesidades. Sabe qué sucederá cada día de sus vidas (v. 16), y está con ellos y nunca los abandonará (vv. 5, 7-10).

Cuando estés ansioso por otras personas, encomiéndaselas a Dios porque Él las conoce mejor y las ama sin límite.

Reflexiona y ora
¿Cómo puedes descansar en el cuidado de Dios? ¿Cómo puedes mostrar tu confianza en Él en esta área?
Padre, pongo a mi familia en tus manos.

Un corazón para servir

La escritura de hoy: 2 Corintios 9:12-13

… por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo… (v. 13).

Un ministerio en Carlsbad, Nuevo México, apoya a su comunidad donando más de 10.000 kilos de comida por mes a los residentes. El líder del ministerio dijo: «Las personas pueden venir, y las recibiremos y las encontraremos donde estén. Nuestra meta es […] suplir sus necesidades prácticas para llegar a sus necesidades espirituales». Como creyentes en Cristo, Dios desea que usemos lo que se nos ha dado para bendecir a otros y para atraerlos a Él.

¿Cómo podemos desarrollar un corazón servicial para glorificar a Dios? Lo hacemos pidiéndole que nos muestre cómo usar los dones para beneficio de otros (1 Pedro 4:10). De este modo, ofrecemos «muchas acciones de gracias a Dios» por la abundancia con que nos ha bendecido (2 Corintios 9:12)

Servir a otros fue una parte importante del ministerio de Jesús. Cuando sanó a enfermos y alimentó a hambrientos, muchos supieron de la bondad y el amor de Dios. Al ocuparnos de nuestras comunidades, seguimos su ejemplo de discipulado. La sabiduría de Dios nos recuerda que, cuando demostramos su amor a través de nuestras acciones, otros lo glorificarán (v. 13). El servicio no consiste en autogratificarse sino mostrar a los demás el alcance del amor de Dios y las formas milagrosas en que obra a través de aquellos que son llamados por su nombre.

Reflexiona y ora
¿Qué ha motivado tu servicio a la comunidad? ¿Cómo podrías estar más dispuesto a usar tus dones para glorificar a Dios?
Padre, dame un corazón servicial..

Vale la Pena

La escritura de hoy: Juan 21:15-19

Si me amáis, guardad mis mandamientos (v. 15).

Después de que una amiga cortó sin explicación nuestra amistad, volví a mi antiguo hábito de mantener a distancia a la gente. Mientras procesaba mi dolor, tomé un ejemplar de Los cuatro amores, de C. S. Lewis, donde hace una poderosa observación de que el amor implica vulnerabilidad. Afirma que «no hay inversión segura» cuando alguien se arriesga a amar. Sugiere que amar «algo [llevará a que] tu corazón se retuerza y posiblemente se rompa». Leer esas palabras cambiaron mi manera de leer el relato de la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de su resurrección (Juan 21:1-14), y tras la negación de Pedro, no solo una sino tres veces (18:15-27).

Jesús dijo: «Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos?» (21:15).

Después de ser traicionado y rechazado, Jesús le habló a Pedro con valor, no con temor; con fuerza, no en debilidad; con generosidad, no con desesperación. Mostró misericordia en lugar de ira, confirmando su disposición a amar.

La Escritura revela que Pedro «se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas?» (v. 17). Pero al pedirle Jesús que demostrara su amor amando a otros (vv. 15-17), invitó también a sus discípulos a arriesgarse a amar incondicionalmente. Nuestro amor a Jesús determinará cómo amamos a los demás.

De:  Xochitl Dixon

Reflexiona y ora
¿Por qué un Dios amoroso pediría a sus hijos arriesgarse por amor a otros? ¿Cómo puede ayudarte una comunión íntima con Dios en tales situaciones?
Dios, ayúdame a amar con valentía y compasión.

Vengan y Adoren

La escritura de hoy: Deuteronomio 31:9-13

Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades… (v. 12).

Al alabar juntos en una reunión multigeneracional, muchos sentían gozo y paz. Excepto una madre que tranquilizaba a su bebé que estaba por llorar, sostenía el himnario para su hijo de cinco años e intentaba impedir que el otro más pequeño se escapara. Entonces, un caballero que estaba sentado atrás ofreció llevar al niño a caminar por la iglesia y una mujer joven sostuvo el himnario para el mayor. En dos minutos, esa madre pudo respirar aliviada, cerrar los ojos y adorar a Dios.

Dios siempre ha querido que su pueblo lo adore: hombres y mujeres, ancianos y jóvenes, creyentes de hace tiempo y nuevos. Cuando Moisés bendijo a las tribus de Israel antes de entrar en la tierra prometida, las instó a reunirse: «varones y mujeres y niños, y [los] extranjeros que estuvieren en [sus] ciudades», para que «oigan y aprendan, y teman al Señor [su] Dios» y obedezcan sus mandamientos (Deuteronomio 31:12). Dios es honrado cuando hacemos posible que sus hijos lo adoren juntos, sin importar en qué etapa de la vida estemos.

Esa mañana en la iglesia, la madre, el hombre mayor y la joven experimentaron personalmente el amor de Dios, al dar y recibir. Quizá la próxima vez que estés en la iglesia puedas también ofrecer ayuda o aceptar una acción de gracia.

Reflexiona y ora
¿Cómo has visto al cuerpo de Cristo abarcar a muchas generaciones y grupos de personas? ¿Cómo has recibido y dado el amor de Dios en la iglesia?
Señor Jesús, ayúdanos a ver las necesidades de otros y mostrarles amor práctico.

Testigos donde Trabajamos

La escritura de hoy: 1 Pedro 2:11-21

… si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios (v. 20).

«¿Todavía estás molesta porque quiero reducir el tamaño de tu departamento favorito?», preguntó el gerente de Evelina. «No», dijo ella apretando los dientes. Se esforzó por contener las lágrimas, y decidió hacer lo que su gerente le pidiera. Quizá no podría llevar a cabo los cambios que esperaba, pero haría su trabajo lo mejor posible.

En su primera carta, Pedro instó a los cristianos del primer siglo a someterse «a toda autoridad humana» (1 Pedro 2:13 NVI). No es fácil mantenerse íntegro en una situación laboral difícil. Pero Pedro da una razón para seguir actuando bien: «[mantengan] buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios […], al considerar vuestras buenas obras» (v. 12). Además, esto nos ayuda a dar un buen ejemplo para los otros creyentes que están observando.

Si estamos en una situación de trabajo realmente abusiva, dentro de lo posible sería mejor que nos fuéramos (1 Corintios 7:21). Pero en un entorno seguro, con la ayuda del Espíritu, podemos seguir haciendo el bien en nuestro trabajo, recordando que «esto ciertamente es aprobado delante de Dios» (1 Pedro 2:20). Cuando nos sometemos a la autoridad, tenemos oportunidad de dar razones a otros para seguir a Dios.

De:  Julie Schwab

Reflexiona y ora
¿Qué sueles hacer cuando estás en una situación difícil bajo la autoridad de alguien? ¿Cómo estaría obrando Dios en ti con eso?
Padre, ayúdame a someterme a las autoridades.

Su Cruz de Paz

La escritura de hoy: Marcos 15:16-24

Y obligaron a uno que pasaba […] a que le llevase la cruz (v. 21).

Ojos sombríos se destacan en la pintura Simón de Cirene, del artista holandés Egbert Modderman. Los ojos de Simón revelan la inmensa carga física y emocional de su responsabilidad. Marcos 15 revela que a Simón lo tomaron de entre la multitud que observaba y lo obligaron a acarrear la cruz de Jesús.

Se nos dice que era de Cirene, una ciudad en el norte de África, con una gran población de judíos en la época de Jesús. Lo más probable es que Simón haya viajado a Jerusalén para celebrar la Pascua. Allí se encontró en medio de esta ejecución injusta, pero pudo ayudar a Jesús en un acto pequeño pero significativo (Marcos 15:21).

Anteriormente, en Marcos, Jesús les dice a sus seguidores: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame» (8:34). Camino al Gólgota, Simón hizo literalmente lo que Jesús pidió de manera figurada: tomó la cruz que le dieron y la llevó por el Señor.

Nosotros también tenemos «cruces» que llevar; alguna enfermedad, una tarea desafiante en el servicio, la pérdida de un ser querido o la persecución por nuestra fe. Al llevar estos sufrimientos con fe, les señalamos a los demás los sufrimientos de Jesús y su sacrificio en la cruz. Fue su cruz la que nos dio paz con Dios y fortaleza para nuestro propio camino.

De:  Lisa M. Samra

Reflexiona y ora
¿Qué «cruz» se te ha pedido que lleves? ¿Cómo puedes usar esta lucha para mostrarles a Jesús a otros?
Jesús, dame fortaleza cuando el camino sea difícil.

Su Paz

La escritura de hoy: Isaías 26:3-7

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado (v. 3).

Durante varios meses, enfrenté intensas políticas e intrigas donde trabajo. La preocupación es parte de mi naturaleza, así que me sorprendió encontrarme en paz. En lugar de sentirme ansiosa, pude reaccionar con una mente y un corazón tranquilos. Sabía que esa paz solo podía venir de Dios.

Pero hubo otro período en mi vida cuando todo andaba bien, y aun así, sentía una profunda inquietud por dentro. Sabía que era porque estaba confiando en mis propias capacidades en lugar de confiar en Dios y su dirección. Mirando atrás, me doy cuenta de que la paz verdadera no se define por las circunstancias sino por nuestra confianza en Él.

La paz de Dios nos llega cuando nuestra mente persevera (Isaías 26:3). En hebreo, la palabra persevera significa «descansar en». Al descansar en Él, experimentamos su presencia tranquilizadora. Podemos descansar en Dios, recordando que humillará a los soberbios y allanará el camino de quienes lo aman (vv. 5-7).

La paz de Dios no es ausencia de conflictos sino una profunda sensación de seguridad aun en la aflicción. Es una paz que sobrepasa el entendimiento humano y protege nuestra mente y corazón en medio de las circunstancias más difíciles (Filipenses 4:6-7).

Reflexiona y ora
¿Qué haces para experimentar paz? ¿En qué áreas de tu vida necesitas confiar en Dios y descansar en Él?
Padre, ayúdame a tener una mente perseverante en ti. Gracias por la paz perfecta que experimento cuando decido confiar en ti.

La Esencia de la oración

La escritura de hoy: 1 Pedro 5:6-11

Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros (v. 7).

Cuando Abraham Lincoln se convirtió en presidente de los Estados Unidos, tuvo que dirigir a una nación dividida. Se lo considera un líder sabio y con un carácter moral elevado, pero otro elemento de su formación fue quizá la base de todo lo demás. Entendía su incapacidad para la tarea, y ¿cómo respondía ante esa incapacidad? Dijo: «Muchas veces fui llevado a ponerme de rodillas ante la abrumadora convicción de que no tenía otro lugar adonde acudir. Mi sabiduría y la de quienes me rodeaban parecían insuficientes ese día».

Cuando nos atrapa la naturaleza de los desafíos de la vida y las graves limitaciones de nuestro conocimiento, sabiduría y fortaleza, descubrimos —como Lincoln— que dependemos por completo de Dios, el único que no tiene límites. Pedro nos recordó esta dependencia cuando escribió: «Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros» (1 Pedro 5:7).

El amor de Dios por sus hijos, sumado a su poder absoluto, lo hacen la Persona perfecta a la cual acudir con nuestras debilidades; esta es la esencia de la oración. Lincoln dijo que sentía que «no tenía otro lugar adonde acudir». Cuando comenzamos a comprender el gran interés de Dios por nosotros, es una buena noticia: ¡podemos acudir a Él!

De:  Bill Crowder

Reflexiona y ora
¿Cómo se revelan tus deficiencias? ¿Cómo reaccionas habitualmente en esos momentos?
Dios todopoderoso, sé que no puedo hacer nada sin ti. Ayúdame en mi necesidad.

Una Vida de Integridad

La escritura de hoy: Proverbios 11:1-3

La integridad de los rectos los encaminará… (v. 3).

Abel Mutai, un corredor de Kenia que competía en una extenuante carrera a campo traviesa, iba primero a metros de la victoria. Confundido por los carteles y pensando que ya había cruzado la línea de llegada, se detuvo. El corredor que iba segundo, Iván Fernández Anaya, vio su error, y en lugar de aprovechar para pasarlo, extendió el brazo y lo guio para que ganara la medalla dorada. Cuando los reporteros le preguntaron por qué había perdido intencionalmente la carrera, insistió en que Mutai merecía ganar, no él: «¿Qué mérito tendría mi victoria? ¿Qué honor implicaría esa medalla? ¿Qué pensaría mi madre?». Como dijo un periodista: «Anaya prefirió la honestidad a la victoria».

Proverbios dice que los que desean vivir honestamente, con fidelidad y transparencia, basan sus decisiones en lo verdadero en lugar de lo conveniente. «La integridad de los rectos los encaminará» (11:3). Este compromiso con la integridad no es solo la forma correcta de vivir, sino que también brinda una vida mejor. El proverbio sigue diciendo: «destruirá a los pecadores la perversidad» (v. 3). A la larga, la deshonestidad paga mal.

Sin integridad, los «triunfos» a corto plazo llevan a la derrota. Pero la fidelidad y la rectitud en el poder de Dios nos volverán personas que lleven una vida genuinamente buena.

De:  Winn Collier

Reflexiona y ora
¿Dónde se está probando tu integridad en este momento? ¿Qué decisiones enfrentas y cómo aumentan (o reducen) tu integridad?
Dios, hazme más como tú.

¿Dónde está Dios?

La escritura de hoy: Jeremías 29:4-7, 10-14

Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón (v. 13).

En los libros de Martin Handford ¿Dónde está Wally?, una serie con entretenimientos para niños que apareció por primera vez en 1987, el escurridizo personaje viste camisa y sombrero a rayas rojas y blancas, pantalones vaqueros, botas marrones y gafas. Handford ha escondido hábilmente a Wally en ilustraciones llenas de gente en diversos lugares del mundo. No siempre es fácil verlo, pero el creador promete a los lectores que siempre lo podrán encontrar. Aunque buscar a Dios no es como buscar a Wally en un libro, nuestro Creador promete que podremos encontrarlo también.

A través del profeta Jeremías, Dios le enseño a su pueblo cómo vivir en el exilio (Jeremías 29:4-9). Prometió protegerlo hasta restaurarlo según su plan perfecto (vv. 10-11). Dios les aseguró a los israelitas que el cumplimiento de su promesa profundizaría el compromiso de ellos a invocarlo en oración (v. 12).

Hoy, aunque Dios se ha revelado en la historia y el Espíritu de Jesús, puede resultar fácil distraerse en el trajín de este mundo. Podemos incluso ser tentados a preguntar: «¿Dónde está Dios?». Sin embargo, el Creador y Sustentador de todas las cosas declara que todos los que lo buscan de todo corazón, siempre lo encontrarán.

De:  Xochitl Dixon

Reflexiona y ora
¿Qué distracciones impiden que pases tiempo buscando a Dios en la lectura bíblica y la oración? ¿Cómo te ha ayudado Dios a enfocarte en Él?
Creador y Sustentador de todo, ayúdame a buscarte cada día y a confiar en tus promesas.